La
ingesta de marihuana, alcohol, cocaína, paco o pastillas, en lo que se denomina
policonsumo, hace estragos en la salud, mientras se solicita la aplicación de
políticas de internación y acompañamiento para prevenir episodios dramáticos.
Así lo indicó Claudio Izaguirre, titular de la
Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), precisando que “se
viene alertando desde distintos espacios que el funcionamiento de la actual Ley
de Salud Mental crea asesinos como Pity Alvarez, porque en lugar de realizar
abordajes institucionales cuando la persona lo necesita, se interviene recién
después como una tragedia como la de Lugano, con una víctima inocente
fallecida”.
“La normativa actual considera que una internación
compulsiva es un acto de secuestro por parte del Estado, que no respeta la
individualidad del ciudadano, su capacidad para elegir si quiere seguir
consumiendo o comenzar un proceso de desintoxicación. Esta ley actual no sirve
para ayudar a los policonsumidores de sustancias, y en nuestro país tenemos a
2,5 millones de personas en una situación similar a la de Pity Alvarez, con esa
inestabilidad psicológica y emocional, que puede derivar en problemas para la
propia persona o para terceros. Hay que decirlo, sin demasiadas vueltas: la
persona asesinada por el músico no es un hecho aislado, no es un accidente,
sino que se podría haber evitado”, expresó Izaguirre.
De acuerdo al especialista, “la persona que es adicta
al policonsumo de sustancias no tiene control sobre su voluntad, ya que su
cerebro está seriamente afectado por el accionar del alcohol, la cocaína, la
marihuana, el paco, las pastillas y tantas otras drogas muy tóxicas, altamente
peligrosas para el organismo”.
“El caso de Pity demuestra que hay una ley que no
sirve para ayudar a personas que la están pasando realmente mal en relación al
consumo de drogas. Su salud, su vida, están en juego, y quedan a merced de su
suerte. El adicto, entonces, tiene tres caminos. Puede cometer delitos de cualquier
índole, toma el suicidio como una opción o llega al homicidio”, dijo el
especialista.
“En realidad, el adicto, cuando llega al extremo del
consumo descontrolado, no puede saber si eso que siente como una amenaza es
real o parte de una fantasía creada por su cerebro dañado -dijo Izaguirre-.
‘Cualquier animal hubiera hecho lo mismo’, dijo el propio Alvarez sobre su
comportamiento asesino. Es claramente lo que piensa del él mismo. Se observa
como un animal, sin posibilidad de reflexionar, razonar o pensar”.
Asimismo, señaló que “la persona afectada, lo que no
tiene es la sensación de culpa, no puede medir las consecuencias, porque no le
importa, no le otorga valor a sus actos sobre otras personas o sobre sí mismo”.
“De esta manera, el poliadicto actúa frente al impulso
inmediato. Por pulsiones que no puede controlar. Una vez eliminado el objetivo
que le provoca temor, continúa con su vida, sigue de largo como si nada hubiera
ocurrido. Si a Pity lo declaran inimputable es también una forma de condena. Claro
que debe ser resguardado, porque en este momento su cerebro no está en
condiciones de vivir en sociedad”, señaló el titular de AARA.
Finalmente, Izaguirre dijo que “la Ley de Salud Mental
es una realidad mágica, que nos dice que las personas tienen derecho a consumir
si es lo que quieren, en lo concreto esto no existe, el cerebro está dañado y
la persona no puede parar de consumir”.