Cada hora sin electricidad causa más estragos y caos en Venezuela, un país que ya está al límite.
"Los colectivos", pandillas de motociclistas con respaldo oficial, recorren las oscuras calles imponiendo orden a punta de pistola mientras se suceden episodios esporádicos de saqueos en medio de la desesperación.
Por su propia naturaleza, es difícil obtener una imagen clara de la situación del apagón en los últimos cuatro días.
Muchas partes del país aún están aisladas y es difícil conocer los detalles de su situación. Incluso cuando la electricidad vuelve, suele ser irregular y dura unas pocas horas antes de irse otra vez.
Lo que parece evidente es que desde que se produjo el corte de energía, el pasado jueves, grandes sectores de Venezuela tienen dificultades para salir adelante.
Sin internet, celulares, bancos, cajeros automáticos, cocinas eléctricas o aire acondicionado, la vida cotidiana es casi insoportable para muchos, especialmente en comunidades con bajos ingresos.