Los creadores Craig Mazin y Neil Druckmann confían en él para interpretar el personaje protagonista del juego de PlayStation más discutido del último lustro. Él será Joel, un superviviente del fin de la civilización, torturado por su pasado, que acepta una misión imposible: ayudar a Ellie, una joven de 14 años que representa la esperanza, a salir de una zona de cuarentena dictatorial para cruzar unos Estados Unidos letales.
Se trata de la consolidación de Pedro Pascal (45) como una de las estrellas televisivas del momento tras haber tenido unos inicios sin capacidad de lucimiento. De hecho, en una entrevista explicaba que en 2011 creía que había llegado su momento al fichar como el villano de la serie de Wonder Woman escrita por David E. Kelley (Big little lies). Pero, cuando el proyecto finalmente no recibió luz verde por parte del canal NBC, se dio cuenta que la idea de triunfar en Hollywood quizá no era para él, por lo menos en calidad de protagonista.
Su carrera dio un giro en 2014 al fichar por Juego de tronos como Oberyn Martell, un secundario al que no le faltó una muerte mítica. En 2015 ya tenía un papel protagonista en una serie tan bien recibida como Narcos, donde interpretaba al agente Javier Peña. Y entre 2019 y 2021 el nombre y el caché del actor chileno han subido como la espuma tras interpretar a Din Djarin, un personaje que quizá no tiene muchas escenas reconocibles en The Mandalorian pero donde su rostro cada vez tiene más presencia.
En The Last of Us compartirá escenas con otro rostro popularizado en Juego de tronos: la británica Bella Ramsey, que dio la sorpresa en la sexta temporada como Lyanna Mormont, donde derrochaba presencia como la líder todavía infantil de una dinastía. Ahora que ya ha cumplido los 17 años, se colocará en la piel de Ellie, la adolescente que necesita adentrarse en unos Estados Unidos repletos de amenazas.
The Last of Us es un proyecto que despierta mucha expectación por dos motivos. Por un lado está la naturaleza del videojuego desarrollado por Naughty Dog, un fenómeno del sector por la experiencia inmersiva que ofrece al jugador y la dureza de una historia que se vive en primera persona. Por el otro, los implicados en la adaptación son inapelables.